Les quatre cents coups (1959) es una de las películas iniciadoras y más representativas de la Nouvelle Vague. El título proviene de una expresión francesa que se podría traducir como “hacer las mil y una” en referencia a las travesuras de Antoine Doinel, icónico personaje semiautobiográfico creado por Truffaut, pero más literalmente hace mención a los golpes físicos y psicológicos propinados por su unidad familiar, el sistema escolar y finalmente el judicial, en el correccional, considerados bases de nuestra sociedad.
La nouvelle vague fue un impulso cultural generado en un contexto de transición entre la cuarta y quinta república francesa, enmarcado también por la guerra de independencia argelina. Es representativo, a pequeña escala y en un ámbito cultural, del desencanto que explotaría en mayo del 68 y del cambio generacional producido en la sociedad y el cine francés. Cinematográficamente significa una respuesta al estancamiento del cinéma de qualité al considerar que no representaba verídicamente a la sociedad francesa ni proponía innovaciones en el medio.