jueves, 18 de agosto de 2016

Estaciones.

Cartel promocional de Twin Peaks (David Lynch, 2017)
Solo espero la llegada de esa mañana de invierno. Una en la que el cielo esta totalmente despejado y la fría helada deja la hierba que me rodea bajo un halo blanquecino que aunque quiera, no puede esconder el verde intenso de la realidad. En esa mañana siento un poco de alma salir de mi cuerpo cada vez que exhalo el vaho que calienta mis manos, indefensas ante el frío por la manía de morderme las uñas.

Solo espero la llegada de ese memorable domingo de primavera. Uno en el que me despierto pronto para aprovecharlo por completo y termino agotado ante unos anocheceres cada vez mas tardíos, uno en el que el gris entorno multiplica sus colores y la abrumadora estética de la la luz atenta contra mi salud en forma de alergia y contra mi creatividad en forma de exceso.

Solo espero la llegada de esa noche cálida de verano. Una en la que me pierdo entre la oscuridad y el inconcebible tamaño de las microscópicas e inmortales estrellas, en la que me reconozco frente a la injusta belleza de la enorme esfera blanca que me observa y en la que una fresca brisa, en guerra con el calor veraniego, empuja mi espalda obligándome a seguir, a no desfallecer.

Solo espero la llegada de esa aburrida tarde de otoño. Una en la que no pasa nada y te refugias de la lluvia en la tranquilidad de tu hogar, en la que abres la ventana para oler la humedad y escuchas el sonido de las gotas rebotando en tu tejado, en la que sientes la gratitud de una estufa y una manta que te rodean... Te encuentras bien, pero prefirirías el calor humano al artificial y pese a tu bienestar físico no puedes ser feliz frente a las lágrimas de ese viejo cielo gris.


No hay comentarios:

Publicar un comentario